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Fallece el Prof. Dr. D. Alfonso Delgado Rubio

 

Prof. Dr. D. Alfonso Delgado Rubio. In Memoriam

 

 

Hoy me pongo a escribir el obituario más triste de mi vida. El pasado viernes 22 de enero fallecía en Madrid nuestro querido y admirado amigo, el Prof. Dr. D. Alfonso Delgado Rubio.

Aunque aparentemente su estado de salud era bueno -salía a caminar todos los días por los alrededores de su casa de Marbella haciendo recorridos cercanos a los 20 km- sufrió, en casa de un amigo al que visitaba, un infarto masivo que el SAMUR de Madrid no pudo recuperar, a pesar de los grandes esfuerzos realizados por los profesionales que acudieron al lugar del desgraciado evento.

Conocí a D. Alfonso en la Unidad Docente del Hospital Universitario de Basurto en Bilbao, donde impartía clases de pediatría como catedrático de pediatría de la UPV/EHU. Era un buen docente, muy brillante y claro en sus exposiciones. También muy exigente en los exámenes, donde el aprobado se obtenía superando un 7 en las respuestas. Su objetivo era que los futuros médicos tuviesen un conocimiento suficiente de la pediatría imprescindible.

Años más tarde pude acceder a su despacho en el propio Hospital de Basurto donde ejercía como Jefe de Servicio. En aquel despacho se fraguo mi tesis doctoral, diversos cursos de pediatría por toda España, el programa de doctorado del Departamento de Pediatría, con la implicación del Hospital Universitario de Cruces y el de Basurto. Fueron unos años de actividad intensa que coincidieron con su elección como presidente de la Asociación Española de Pediatría (AEP), a la que supo encumbrar al nivel más alto del siglo XX, incluida la compra y puesta en marcha de su nueva sede en Madrid, la canalización gratuita de la revista Anales de Pediatría a todos los pediatras asociados a la AEP y la organización de los Congresos Nacionales de Pediatría más brillantes y exitosos económicamente de la historia de la pediatría española.

Era un docente y un pediatra con gran dominio de la materia. Un día, en una sesión clínica, me di cuenta-tuve claro-que D. Alfonso tenía toda la pediatría, con mayúsculas, en su cabeza. Sus múltiples escritos, publicaciones, conferencias e ideas innovadoras en su área de conocimiento así lo atestiguan. Era, sin duda, un sabio de la praxis y la materia pediátrica.

Desde el año 1983, y hasta 2008, trabajo y residió en Bilbao. En su casa de la calle doctor Areilza, o en su última ubicación en la Gran Vía bilbaína, recibía e invitaba a amigos y colegas para hablar de proyectos, literatura, publicaciones o eventos científicos. Amigo de sus amigos, su casa era un espacio cultivado. Su esposa Dña. Eva Muerza tenía todo acondicionado con gran gusto estético y sobre todo, sabía dar a los espacios un aire de hogar muy especial. He sido uno de los afortunados en compartir mesa y mantel con D. Alfonso, Dña. Eva y sus tres hijos, (buena gente y brillantes profesionales en distintas disciplinas). Gracias, gracias por esos momentos tan deliciosos en Bilbao, y Madrid. Gracias, por tratarme siempre como un miembro más de la familia Delgado-Muerza.

El profesor Delgado tenía un curriculum brillante, con estancias de formación en Italia y EEUU junto a prestigiosos pediatras. Conferenciante de éxito, se desenvolvía muy bien en castellano, italiano e inglés. Su presencia era continua en distintos países Iberoamericanos, Italia y España donde siempre fue un referente de primerísimo nivel.

Como todo el mundo recordará, fue un innovador e impulsor de la detección y prevención del maltrato infantil, de la importancia de la vacunación en todas sus facetas, de la lactancia materna y la alimentación saludable en las primeras etapas de la vida, y un experto internacional en trastornos de la osificación y en SIDA infantil.

Hace unos años tuve el honor de responder a su discurso de ingreso en la Real Academia de Medicina del País Vasco, creo que fue un momento muy especial para él y para su familia por su implicación afectiva con el País Vasco y Navarra. Para mí y para la RAMPV fue un día muy emotivo e importante en el marco de la Sociedad Bilbaína.

Su categoría profesional y humana tiene sin duda una constatación muy clara. A sus 76 años seguía siendo catedrático de Pediatría de la prestigiosa Universidad CEU San Pablo de Madrid y director del Departamento de Pediatría de HM Hospitales. Más claro imposible.

A sus amigos y alumnos nos queda un largo camino de responsabilidad para que su legado científico y su figura no se pierda en el olvido. D. Alfonso ha sido un ejemplo de estudio, dedicación, generosidad, coraje y excelencia. Aunque algunos en su miseria particular hayan querido sembrar sombras sobre su persona. Descanse en Paz, estoy convencido que todos tenemos un buen amigo en el Cielo donde a buen seguro seguirá impartiendo clases de neonatología y de buena praxis en la política social.

 

Dr. Javier Aranceta

Presidente

Real Academia de Medicina del País Vasco- Euskal Herriko Medikuntzaren Erregue Akademia